Actividad física
La práctica regular de actividad física viene siendo recomendada para la prevención y la rehabilitación de enfermedades cardiovasculares y otras dolencias crónicas por las diferentes asociaciones de salud del mundo, como el Colegio Americano de Medicina del Deporte, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, la Asociación Cardiológica Americana, los Institutos Nacionales de Salud, el US Surgeon General y la Sociedad Brasileña de Cardiología entre otras.
Estudios epidemiológicos han demostrado que la relación directa entre la inactividad física y la presencia de múltiples factores de riesgo como los encontrados en el síndrome metabólico. Entretanto, se ha demostrado que la práctica regular del ejercicio físico presenta efectos beneficiosos en la prevención y en el tratamiento de la hipertensión arterial, la resistencia a la insulina, la diabetes, las dislipemias y la obesidad. Por ello, el acondicionamiento físico debe ser estimulado para todas las personas saludables y con múltiples factores de riesgo desde que sean capaces de participar en un programa de entrenamiento físico. Así como la terapéutica clínica cuida de mantener la función de los órganos, la actividad física promueve adaptaciones fisiológicas favorables resultando en un mejoramiento de la calidad de vida.
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